October 15, 2003

De regreso...

en casa, y con el libro de mi amadísima en mano, encontré el presente escrito... Fue escrito por sus argentinas manos en el año 2000... Hacía mucho que no recordaba la mañana a la que se refiere:

" La casa daba la impresión de estar encendida de luz; muros blancos, formas irregulares, espejos y lámparas... Todo dispuesto a desparramar el más ínfimo destello. Pero había una melancolía (tierna, implíscita, profunda) que la misma moradora, quizás inconscientemente, había sellado en cada mueble, cuadro u objeto, como un perfume persistente que atravesaba la luz, las formas irregulares, los espejos y lámparas; un aroma a melancolía dulce y fresca, jamás asfixiante, que recordaba a tardes de sol en el mar esmeralda del jardín regado con escencia de naranjo y lleno de una suavidad primaveral... o quizás otoñal. El jardín aquel había sido creado para no ser ocupado jamás por un número mayor a dos personas, era ese misterio, esa extraña y completa desolación gratificante bajo los azahares lo que lo hacía más especial que cualquier otro lugar de la casa... Imaginarlo rebozante de público felíz y sonriente, o triste también, hubiera sido romper el encanto del jardín de la forma más cruel. Las plantas de verdes intensos y hojas aterciopeladas, los árboles inestables, las pocas flores, todo era ideal para albergar a una persona por vez y darle a ella todo el frescor, el aroma, la dulzura y el ensueño de los recuerdos...
Ahora bien, dentro de la casa, numerosos muebles se esparcían, recién barnizados, lustrosos y simples que daban un pleno sentimiento de seguridad y firmeza; pero, había polvo, polvo por todos lados, inclusive n los muebles recién barnizados, y ese era un detalle agradable, era como cubrir el presente con la telaraña del recuerdo, el recuerdo presente y vivo de aquel pasado que nos atormenta pero igualmente no nos deja.
También en la casa reinaba un extraño orden cercano al caos, que estaba conformado no solo por los muebles, sino también por los libros y los discos de vinilo, entre los cuales Debussy esperaba listo para empezar a sonar en un tocadiscos rústico con apariencia de ataúd árabe o sarcófago egipcio rectangular.
Sobre la cerámica, también clara, descansaban ellos como un cuadro magnífico de Miguel Angel o Rembrandt...
Bella y tierna la dama blanca
muestra su alma negra,
dulce canción es la de sus respiraciones
símbolo notable de la sincronía de corazones.
El espejo, ella la luz
que lo atraviesa, recorre y conoce,
él el suave reflejo que comprende, la voz que reflexiona;
ambos el sueño que comienza
bajo crepúsculos encantadores.
Son unhimno, una pieza de increíble sutileza,
en donde la música y el silencio mágicamente se complementan;
son la alquimia única y verdadera de los corazones que se unen, de las almas sinceras.
Y en toda la casa resuena, como un cántico místico:
Hora de mi te alejas/ El batir de tus alas me hace heridas/ solo, ¿qué haré con mi noche y con mi dia?/ No tengo amada, ni casa, ni ningún lugar donde vivir/ todas las cosas a las que me entrego se enriquecen, y me disipan..."

Paren todo! Acabo de tener una revelación!!! Todo tiene sentido! Ya sé lo que quiero: Quiero un novio, quiero estar en pareja... Casi que no me importa con quién, pero quiero tener a quién querer...
Nada más, prosigo:
NO! Otra revelación! Quiero alguien que me quiera ver...
Ahora sí:

Qué bellos recuerdos...

1 comment:

Mina said...

jajaja, estás loca