Crónica cuadernil 02.07.03

A veces tengo al amor, lo huelo... Se me vuela y se me va con alguien y me mira con ojos pícaros mientras le muerde el cuello a ese alguien... Después vuelve y me acecha, me mira de reojo, me torea, me abraza y lo abrazo hasta que me agobia y lo empujo tierna pero firmemente, lo mando a que se porte mal, a que revolotee por ahí; y cuando vuelve huelo el perfume de mil pieles impregnado en sus manos de imperfección y locura mientras me acaricia la espalda y yo reposo mi mejilla en su pecho... Al amor lo amo, a veces lo extraño, pero siempre lo siento tan cerca como si fuera una parte de mí que se hace carne y se despega para ir a hacer sociales, para decirle a alguien por la calle que es hermoso, para ir a acariciar algún gatito callejero o para maravilarse con el ocaso o alguna estrella... Y sabe bien cómo engañar a todo el mundo haciéndose pasar por mí... Sabe que vivo a través de esa piel blanca y casi brillante, que veo a través de esos ojos tan preciosamente atesorados en mi memoria...
Si, al amor lo amo, especialmente en estas noches en que me gustaría estar tomando una tacita de leche con miel y canela con él, conversar... O sólamente sentirlo con la piel mientras vuela el alma...
Al amor lo amo de lejos, porque no encontramos la forma de estar juntos; si yo lo encuentro, él no me ve; si él me encuentra, yo me lo confundo con alguien más...
Al amor lo encuentro por todos lados, pero sólo se queda en una persona a la vez, y en cada salto me deja huellas, en cada ser va dejando un vestigio, una chispa de este amor enorme que vive corriendo para que no lo pueda atrapar... Como la felicidad, el amor es una mariposa, hay que esperar que se pose en uno y dejarlo libre, porque si lo agarrás se arruina.
Al amor l amo, porque ama a toda la gente que yo amo, porque llora de rabia e impotencia, prque se muerde los labios, porque baila y grita cuando está contento, porque me sorprende cuando hace cosas gratuitamente por mí, porque me lo comería a besos cuando me hace pensar, porque me matan las ganas de abrazarlo cuando me sonrie... Porque me da paz y al tocarlo, casi me siento en casa...